viernes, 6 de junio de 2008

Personajes

El termino de l personaje deriva del latín persona que significa mascara. Recoge el significado del vocablo Griego prosopon (rostro), usando el antiguo teatro clásico con el cual se aludía a papel. En el teatro grecoliano, los actores salían a actuar disfrazados con mascaras, hecho que marcaba la diferencia entre lo que el autor era en la realidad y su papel o personaje en la obra. Con el transcurso del tiempo, el personaje va a identificarse progresivamente con el actor, lo que de algún modo ayudara a verlo como un ente personal e individual a la vez.

Clasificaciones considerando su configuración y su grado de individualidad, los personajes pueden aparecer como estereotipos, es decir, como seres que responden a una imagen prefijada y retenida en formas conductuales y expresivas, como resultado de una extensa tradición literaria, por ejemplo: el soldado fanfarrón y cobarde, la mujer dominante y mandona, el anciano avaro, el viejo verde, la mujer celosa, etc.

Con un mayor grado de individualidad aparece el tipo. Este es portador de rasgos psicológicos y morales reconocidos por los lectores como propios de un modelo impuesto por la traición, pero que no posee el sello de reiteración mecánica y superficial del estereotipo. El tipo representa a un sector de la sociedad, por ejemplo: el provinciano en martín Rivas, el caballero andante en el ingenioso hidalgo don quijote de la mancha, el vasallo fiel, el buen moro, el sacerdote guerrero, en el poema de Mio Cid, etc.

En tercer lugar tenemos los personajes literarios, es decir, aquellos que responden a un sistema de convenciones artísticas que les atribuye papeles prefijados, no obstante estar fuertemente individualizados y con conciencia de si mismos. Estos entes saben como actúan y por que. El público los ubica por su nombre propio y son de rasgos de personalidad muy fuertes. Caben en esta denominación: Don Quijote, Madame Bovary, El Cid, Trotaconventos /La Celestina, Etc.

Si se toma en cuenta su gradación jerárquica en el desarrollo del acontecer, los personajes pueden ser principales o protagonistas, o secundarios, cuya vida y acontecimientos importan menos al narrador, pero que no por ello dejan de ser vitales para la trama de la obra en general.

Si consideramos su génesis y desarrollo, tenemos personajes dinámicos y estáticos. Los primeros se caracterizan por evolucionar en el transcurso del relato – Lázaro de Tormes, por ejemplo, al final del relato no es el mismo niño inocente que deambula con el ciego por Salamanca al inicio de la acción; las desventuras y el medio corrupto en que se devuelve su vida, van moldeando su personalidad. Los personajes estáticos se caracterizan por permanecer sin cambio alguno en su ser y actuar en el mundo en su ser – Amadís De Gaula, por ejemplo, personaje permanece intacto en el transcurso de la acción - .

Por el grado de complejidad en su configuración, un personaje puede ser plano o redondo. Hablamos de personaje plano cuando estamos en presencia de un ente creado en torno a una sola idea o cualidad; en cambio, hablamos de personaje redondo cuando suponemos en este su mayor grado de complejidad, ambigüedad y consistencia psicológica.

Desde el punto de vista de la unidad de pluralidad, el personaje podría ser individual o colectivo. Un ejemplo de este es el pueblo mapuche y el pueblo español en La Araucana, entidades que en algunos pasajes pasan a ser protagonistas como compactas muchedumbres en que no se destaca ninguna individualidad; en otros episodios, Caupolican, por ejemplo, adquiere relevancia como individuo que protagoniza determinadas acciones.

Los tipos de relaciones que se pueden establecer entre los personajes dependen de su actuación en el mundo narrado, del carácter como seres individuales y de su entorno. De ese modo, tenemos personajes que pueden:

  • Actuar benefactores, en forma negativa.

  • ejecutar las acciones o recibirlas.
  • Ser benefactores, en tanto que ayuden a los demás, o destructores, porque los dañan.

En muchas narraciones, junto al protagonista, suele aparecer un antagonista o personaje que se opone a los intereses o deseos del principal e intenta obstaculizar la concreción de sus actos o hazañas.

  • Ambos, en consecuencia, pueden tener ayudantes y enemigos.
  • La descripción de los personajes en la narración.
  • En el transcurso del relato, el lector va conociendo a los personajes de acuerdo con diferentes
  • estrategias utilizadas por el narrado. Tenemos, por ejemplo:
  • la descripción que realiza sobre los rasgos físicos y el modo de vestir de los personajes-prosopografía- y sobre su carácter y sus rasgos morales-etopeya-. Si unimos la prosopografía con la etopeya, surge el retrato del personaje.
  • Las declaraciones que formulan otros personajes sobre ellos.
  • Los datos que aporta el propio personaje a través de su forma de hablar, de sus gestos, de las acciones que realiza y de la relación que establece con otro personaje y con su entorno.
  • El nombre de los personajes. A veces este cumple solo la función de identificar al actante. Sin embargo, a veces, los nombres son significativos o simbólicos. Por ejemplo, victoria (mujer que triunfa), blanca (joven inocente), etc.

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